domingo, 25 de octubre de 2009

La esperanza en el País de los Niños Heridos



Empezaré pidiéndoles permiso para hacer una exposición con muchas referencias y vivencias personales, pero así salió….

¿Cuál es la utilidad real del concepto Resiliencia?

Esta es una pregunta que me he hecho varias veces, luego de experimentar fascinación al toparme de forma casual hace más de 13 años con una breve pero profunda publicación de Stefan Vanistaendel sobre este tema:“Cómo crecer superando los percances. Resiliencia: Capitalizar las fuerzas del individuo”.

Por entonces estaba empezando a recoger datos para mi tesis doctoral –que realizaba para la Universidad de Zurich- en un asentamiento humano de San Juan de Lurigancho. El tema que estaba trabajando era “Procesos de duelo en niños expuestos a la violencia política”. Me interesaba sobre tema el proceso de simbolización, que los alemanes han estudiado tanto con relación a los sobrevivientes de la segunda guerra mundial y el Holocausto….Había leído recurrentemente que una de las instancias psíquicas que se devasta en situaciones de extrema violencia traumatizante es la capacidad de simbolizar y relatar la experiencia…..En eso estaba…..y quería saber qué había sucedido al respecto en los niños peruanos que habían pasado directamente por esta situación en el conflicto armado de los años 80 y 90.

Fue entonces que contacté con una ONG que me llevó a un asentamiento humano desolado y anclado en un cerro alejado de San Juan de Lurigancho. Allí vivían familias ayacuchanas desplazadas por el terror de los años 90. Habíamos organizamos junto a Martín Zavala, psicólogo también, unos talleres de arte donde pretendíamos a través de ciertas técnicas proyectivas ver cómo habían vivido estos niños las muertes, ataques y secuestros de sus allegados. Sin embargo, algo pasó en este taller: la fuerza de la vida se impuso sobre los temas asociados a la muerte. Los niños comunicaban de una y mil formas que lo que les interesaba era crear, inventar, construir y dejar atrás la historia del terror …es así que se afanaban por dibujar y pintar y mostraban orgullosos sus producciones. La clave de todo, o cierto momento mágico, como diría Paulo Coehlo, recuerdo que los dio un pequeño de 4 años que al final de una sesión lo vimos agachado en el suelo, solo, recogiendo del piso los pedacitos de papel lustre que había dejado el grupo como residuos de sus trabajos. Tenía un papel bond sucio bien agarrado en la otra de sus manos y pidió muy enfático: “gomaaaa…..pinturita peeeee”. El taller por ese día había terminado, pero el quería seguir creando, pintar un nuevo trabajo y pegar los pedacitos de papel a modo de collage. Esto nos impactó profundamente, esta fuerza presente para seguir construyendo de manera insistente… cuando la oportunidad se presenta en forma de pedacitos de papel que para cualquiera de nosotros podía ser tan sólo basura.

En el ínterin de estos talleres semanales me encontré de pura casualidad con el texto de Vanistendael. Quedé pegada a este nuevo concepto que colocaba su foco de atención en aquella capacidad de los seres humanos de, no sólo recuperarse de la adversidad y retomar un desarrollo positivo, sino además de salir transformados de ésta, e incluso fortalecidos. Estas ideas me llevaron más allá de sólo saber qué había pasado con la capacidad de simbolizar de los niños….el concepto invitaba a pensar optimistamente sobre realidades que naturalmente consideramos devastadoras, realidades que entrañan condiciones de alto riesgo.

Construir cuando todo parece perdido…..¿cómo era posible esto? ¿Qué debía ocurrir para que las personas, adultos y niños, que habían sufrido profundas pérdidas y habían experimentado penurias y terror salieran adelante, continuaran viviendo y no sólo sobreviviendo? La realidad dura, terrorífica era un hecho, no lo podíamos desconocer y las huellas estaban presentes…pero había algo más…era como una terca pulsión vital, mucho más imponente que lo demás….

Cuando salimos del local comunal nos topamos con otro símbolo poderoso: allí en el cerro de tierra, donde no había agua, ni luz, en aquel lugar eriaso, desolado y gris, observamos girasoles radiantes que crecían en las puertas de algunas casitas. No en macetas…sino en el mismo terreno del cerro. Esos girasoles nos empezaron a hablar con su presencia: nos informaron que allí , en el lugar más estéril que podamos imaginar, la vida y la belleza se imponen si es que se le da el espacio y la oportunidad de florecer…..

Desde entonces, con estas experiencias llenas de significado y el texto de Vanistendael bajo el brazo, el tema de la resiliencia siguió acompañándome en mi camino profesional por varios años más. Conocí un día a Vanistaedel en Suiza y pudimos compartir una tarde completa conversando….. De aquella charla de más de 4 horas sobre Resiliencia recuerdo que más que un encuentro académico se trató de un intercambio espiritual…. Él me dijo en un momento algo que siempre recordaré: “el amor es el fundamento de todo proceso resiliente y el amor tiene mucho que ver con la ternura por lo imperfecto”…..Con ello hacía alusión a esa acogida profunda , empática y estable que damos a otra persona en nuestras vidas, aceptándola como persona de forma incondicional.

Luego de ello la tesis doctoral se convirtió en libro y pude pensar sobre el tema e irlo relacionando con los entornos diversos que a nivel personal y profesional me tocaron transitar. El concepto de resiliencia solidificó en mí ante todo un enfoque de la vida y un forma nueva de abordar los fenómenos psicológicos y sociales.

En los primeros meses de este año estuve involucrada intensamente con Inabif y sus hogares para niños en situación de abandono moral y económico. Allí, la mirada que tiene la institución de los niños residentes es de tipo compensatoria antes que promocional. ¿Qué quiere decir esto? Si uno entra a conversar con las cuidadoras, los psicólogos, las trabajadoras sociales, se topa con expresiones como éstas acerca de los niños: “pobrecitos”, “con tan terribles historias familiares qué se puede esperar de ellos, pues”…"no tienen las mismas oportunidades que otros niños”…..”pobres angelitos”…..Desde esta noción de niño la pregunta que aparece es ¿qué tipo de relación establece el Estado/ a través de Inabif y sus Hogares con la niñez que acoge? ¿Cómo concibe el Estado/Inabif/los hogares a los niños bajo su tutela?

El análisis de este interrogante fue evidenciando que lo que prima en las instituciones del Estado y en la mentalidad de sus servidores es una percepción del niño institucionalizado como un ser carenciado, débil y desventajado….no se confía en éste, ni en sus potencialidades, no se maneja la idea de que a pesar del entorno de alto riesgo del cual proviene, éste niño o niña cuentan con recursos personales valiosos y un importante potencial…tal como muchas historias de adultos exitosos, que en su momento fueron niños huérfanos, lo demuestran ….

…y lo más grave es que no se tiene conciencia de que la institución tiene el potencial de ser el gran factor protector de sus vidas, y que de ésta los niños podrían tomar todo aquello que necesitan para florecer, para capitalizar fuerzas, todo aquello que no pudieron tomar de sus familias de origen para más adelante avanzar en la vida….

¿Porqué? Porque desde el Enfoque de la Resiliencia el Niño es visto como un sujeto competente y capaz de tomar el agua y el alimento emocional que necesita, así sea de un terreno eriaso como el del mencionado cerro de San Juan de Lurigancho. Como el girasol, el niño, el ser humano, florece aunque lo disponible para él sea poco, pero eso si…siempre y cuando, si y sólo si alguien alguien , otro ser humano, le ofrezca el terreno y la oportunidad para hacerlo.


Ahora, algo que hay que tener presente, es que no se trata de cualquier tipo de alimento el que necesita la persona para echar andar su resiliencia…….con ello nos referimos a que no sólo es suficiente que se brinde por ejemplo comida, vestido, salud, colegio a un niño…es decir bienes y servicios básicos para su supervivencia…..Las evidencias de los estudios sobre resiliencia han ido demostrando que esta capacidad está íntimamente entroncada con la dimensión y organización afectiva y espiritual del ser humano. Por tanto, el alimento que requiere procede y se dirige directamente a estas dos dimensiones…es desde allí que el ser humano se potencia, avanza, se supera….. Por otro lado, sólo otro ser humano puede ser el vector del amor que necesitamos recibir … y cuando hablo de esto soy conciente de reafirmar el vínculo estrecho que existe entre resiliencia y espiritualidad….

La resiliencia funciona por un mecanismo básico que es la forma en que se da la interacción entre los llamados Factores de Riesgo y los Factores Protectores. Es decir: ante factores de riesgo presentes como la pobreza, el abandono, el maltrato, la disfuncionalidad….el reemplazo o la provisión de factores protectores al entorno de este niño (por ejemplo la aparición de un maestro o pariente que inspira y le da soporte, o el alejamiento del niño de un hogar muy patológico) generará un cambio cualitativo y favorable en su vida que despertará las fuerzas resilientes , las de su salud…..

Los estudios y la práctica en el campo también han demostrado que los Factores protectores más importantes para un niño que vive en contextos de alto riesgo son:

-El vínculo significativo con alguna persona en la que uno confíe
-Las expectativas positivas de las personas significativas de su entorno acerca de su desarrollo y futuro.
-La promoción de habilidades y herramientas para la vida. Yo añadiría, la oportunidad de desarrollar un mapa de ruta que lo oriente por dónde dirigir su vida, herramientas mentales para clarificar el orden de su existencia…

Más tarde toma protagonismo un factor protector de primordial importancia. Si bien este factor va a tomar protagonismo cuando el niño ya se ha hecho adolescente, o más aun cuando el adolescente se ha hecho adulto….esta capacidad se empieza a desarrollar tempranamente , en la niñez….

Se trata de la habilidad de dotar significado a las experiencias y los acontecimientos de la propia vida. Este es quizás el principal mecanismo que hace posible la resiliencia del alma de los seres humanos y, por tanto, permite continuar con un desarrollo positivo a pesar de la exposición a la adversidad y el trauma. Ello supone además reconocer que toda célula viviente cuenta con un sistema de memoria que almacena las huellas de sus vicisitudes. La relación de ello con las evidencias de la autosanación de los organismos vivos ha abierto un nuevo paradigma para enfocar la salud mental.

Boris Cyrulnik habla de la Resiliencia como antidestino, es decir como aquella clave que permite, no escapar de éste, pero si de transformar las circunstancias para redireccionar el rumbo. ¿Pero es posible redireccionar el rumbo en un país en el cual la gran parte de su población adulta son niños heridos que no han sanado sus heridas? Porque así es…lamentablemente así es…. Vivir en entornos de pobreza y extrema pobreza, expone a la gente a situaciones inimaginables. Entonces cuando entramos en contacto con estas poblaciones y estas realidades parece que se hace agua los planteamientos positivos y optimistas como el de la resiliencia….el llanto contenido asoma, la impotencia parece gobernar…… las historias de maltrato de padres a hijos es lo común, la explotación del niño por adulto a través del trabajo infantil, el hambre, la pena de los hijos por el esfuerzo de los padres y el deseo imperioso de los pequeños de protegerlos….si, los niños se sienten impelidos a cuidar de sus padres…..y salen a trabajar, para sustentar y justificar su espacio en la mesa de la familia, también para recibir al menos una mirada de reconocimiento…..Así es en nuestro país…..

Estuve en Huancayo hace un par de semanas y en Lomas de Carabayllo hace tres días….conversando con padres de familia que tienen hijos menores de edad que trabajan. Con llanto aguantado contaban la triste infancia que sufrieron, las terribles penurias y maltratos que tuvieron que soportar. Pero también eran capaces de decir “esto que me pasó no quiero que pasen mis hijos”. Habían logrado representar mentalmente su historia de vida y reflexionar sobre sus circunstancias, y esa reflexión es la que les daba la oportunidad de decir "esto
no quiero para mis hijos". Así que voy descubriendo que padres y madres que tienen oportunidad de haber construido un relato sobre sí mismos y pensar sobre ello gozan de una libertad fundamental: la de poder ejercer control sobre la forma de criar a sus hijos. Es triste observar a padres y madres que no han tenido este chance, el de pensar sobre lo que les pasó. Ellos entonces repiten su suerte en sus hijos, sin saberlo.

Un padre de los que menciono contaba que había sido "un niño de la calle", que había probado terokal y había sido tentado por pandillas. Sin embargo, no entendía qué lo había protegido de caer en "la perdición", si además su familia lo expulsaba naturalmente del hogar con los conflictos que vivían..."debe haber algo en el carácter" decía, "algunos debemos ser más fuertes que otros", "yo que provengo de la penuria, de la pobreza mas extrema…..ahora estoy estudiando psicología y he pensado sobre mi suerte, no quiero que mi hijo pase lo que yo pasé".

Esto que les cuento me ha hecho reflexionar sobre lo siguiente: para hablar de resiliencia debemos pasar por un proceso previo: el reconocer la herida que cargamos...este reconocimiento es fundamental…..poder mirar la herida…aunque no sea fácil….. luego reflexionar sobre ella y articular un relato sobre las circunstancias en las que ocurrió….darle un sentido a su existencia….…..

Un fundamento de la resiliencia es que no niega el dolor, sino que loi reconoce profundamente…. Lo asume como realidad de la existencia….Somos un país de niños heridos. La mayoría de los ciudadanos peruanos de hoy en día han sido heridos profundamente en su infancia.
Hasta que no nos demos cuenta que somos un país de gente herida... no podremos empezar a pensar de otra manera sobre nosotros mismos y menos sobre nuestros niños.

Juan Infante, sociólogo y destacado emprendedor social peruano pregunta en uno de sus blogs "Campesino , ¿hasta cuándo el Perú tendrá que cargarte?" La respuesta que me surgió de inmediato fue : Hasta que nos demos cuenta de que cada vez que uno espera ser cargado por su Padre-País o su Madre Patria lo que anhela es ser consolado y compensado por los golpes que uno recibió de niño….el no sentirse amado, menos sostenido. A veces, parece entonces que esa necesidad de que se hagan cargo de Ti, de que te asistan, es una deuda que sientes que tus padres tienen contigo. Y entonces el asistencialismo prende….pero cuando se promueve la autonomía, cuando se sostiene y se alienta a la autogestión el peruano renace, emergen sus fuerzas más creativas y es capaz de una magnifico progreso….


Los modelos internos de relaciones con los otros se gestan en la infancia, la niñez y la adolescencia. ¿Cuál es el patrón de relación predominante de la mayoría de peruanos cuando son niños? Ya leímos asombrados que el 42% de peruanos declara aceptar el castigo físico como una forma apropiada de disciplinar a los niños. Esto significa que esta inmensa cantidad de compatriotas no ha tenido aún oportunidad de conectar su herida de niño golpeado con la que potencialmente ocasionará a sus hijos. No saben aún que una tiene que ver con la otra. No saben tampoco que una alternativa, aparte de descubrir formas diferentes de disciplinar, es reflexionar y decir los siguiente: "Lo que yo sufrí no quiero que lo sufran mis hijos". Frase mágica de algunos privilegiados, llave de resiliencia, de cambio de destino transgeneracional. Nueva oportunidad que regala el ancestro a sus descendientes.

Y es que finalmente, reflexionar, llegar a este simple pero tan profunda frase tiene la clave de los procesos resilientes: la posibilidad de dotar de significado a las experiencias y los hechos que nos pasan….

Cyrulnik nos dice que el sentido de nuestra existencia brota de acontecimientos que ya no se encuentran…en el contar….
Lo que nos hace acceder al sentido es el tiempo, a partir de la posibilidad de volver relato las propias experiencias pasadas. El trabajo de rememoración y por tanto de significación de los hechos permite en última instancia descubrir una orientación para la existencia.

Dice Cyrulnik que la tendencia a contarnos el relato de lo que nos ha pasado constituye un factor de resiliencia a condición de que demos un sentido a eso que ha pasado y que da lugar aun reorganización afectiva. Un ser humano no podrá vivir en un mundo sin memoria, ni sueños, prisionero del presente. Sería incapaz de atribuir sentido a las cosas.


¿Cuál es la utilidad real del concepto Resiliencia? Quizás su poder como concepto es el de sintetizar las fuerzas específicas que permiten enfocar la sanación y el desarrollo del individuo y los grupos humanos tomando al tiempo histórico y a la preciosa capacidad de dar sentido a lo vivido como aquellos elementos que permiten la reorganización afectiva y el aprendizaje de nuevos patrones de rélación consigo mismo y los demás. Es ante todo, como señala Vanistaendel una fuente de inspiración para nuestra labor y nuestras vidas, un darle la vuelta a lo aparentemente adverso, porque del otro lado de lo adverso se encuentra la oportunidad de una nueva y promisoaria vida….que integra las heridas al ser, que las reconoce y las transforma, logrando crecimiento y aprendizaje, fortaleza…

No se trata de una glorifación del sufrimiento, pero si de una comprensión que trasciende la ilusión de la vida sin problemas….es la esperanza realista que realza un potencial positivo aunque encubierto, que supera el cinismo, incapaz de ver el rostro positivo de la realidad…..

El enfoque de resiliencia sugiere examinar no sólo los casos donde haya problemas, sino aprender de los que aparentemente no los tienen, pese a haberse encontrado en trances parecidos. También invita a huir de reducir a una persona a su problema, a un simple caso, y algo que es muy importante: a escuchar las soluciones personales que las mismas personas han encontrado a sus dificultades y adversidades….Cuánta sabiduría hay en las mismas poblaciones para resolver problemas y encontrar el éxito cuando tienen la oportunidad de pensar, discutir, ser escuchados en un marco de respeto…cuánto bien hace escuchar al par que superó una situación similar a la propia….El enfoque de resiliencia también recuerda que las limitaciones son inherentes a la vida. No podremos vivir plenamente la vida hasta que no aceptemos sus limitaciones y accedamos a elegir. Parte de la inteligencia y del arte de vivir consiste precisamente en cómo sacar el máximo provecho de la situación de vida tal como es para cada quien….

Un aspecto relevante de la resiliencia es que no sólo no niega la existencia del dolor y el conflicto, sino sobretodo, sino que reconoce la coexistencia de éstos y las vivencias positivas como la alegría o la ilusión en el mismo individuo y al mismo tiempo. Esta coexistencia nos presenta una perspectiva realista e integral del ser humano y no sólo el lado negro o blanco del continuum entre la melancolía y la exaltación. Bert Helinger, el creador de la teoría de las constelaciones familiares, señala enfáticamente en su libro Ordenes del Amor que la melancolía es una forma muy solapada y privada de experimentar a nivel íntimo la felicidad. Y es que quizas ambas se encuentren cuando el círculo se cierra.

Verena Kast, psicoanalista jungiana suiza dice en su libro “Recontruir la Alegría” que ésta se experimenta cuando se ha podido atravesar bien la pena y se empieza a salir de ella…ese volver a sentir esperanza, ilusión, algo de luz invade al ser de una efervescente alegría que dinamiza al alma para seguir adelante….claro está cuando se le ha podido encontrar el sentido al dolor, cuando algo se ha concluido, algo se siente que se ha aprendido o logrado…Se trata de una alegría de vivir que no niega los sufrimientos ,sino que los integra, les saca partido…se vive con las cicatrices y la vida nunca podrá volver a ser la misma de antes….dice Vaniestandeal : es como si finalmente pudiésemos abrazar la vida en su totalidad sin atajos ni negaciones, como si hasta las contradicciones se hubieran reconciliado… y aquí están varios procesos implicados que nuevamente vincula al resiliencia con la espiritualidad: la reconciliación, el perdón, la aceptación…..

Dice Vanistandael: “Es buscando donde el ser humano se humaniza donde encontramos un acercamiento a la verdad. La resiliencia se opone a la tentación fuertemente moralizadora que considera que deberíamos aplastar al mal. Aplastar al mal también significa aplastar a una parte de la vida. En la vida concreta el gran moralizador corre el riesgo de transformarse en un hombre o una mujer violentos en nombre de la propia moral. Es una dinámica paradójicas pero cierta”.

martes, 6 de octubre de 2009

La resiliencia como antidestino


Boris Cyrulnik habla de la Resiliencia como antidestino, es decir como aquella clave que no permite, no escapar de él, pero si de tranformar las circunstancias para redireccionar el rumbo. Como vuelvo a repetir: somos un país de niños heridos. La mayoría de los ciudadanos peruanos de hoy en día han sido heridos profundamente en su infancia.

Juan Infante, sociólogo y destacado emprendedor social peruano pregunta "Campesino , ¿hasta cuándo el Perú tendrá que cargarte?" ( en su blog http://2mil32.lamula.pe/). La respuesta que me surgió de inmediato fue : Hasta que te des cuenta Peruano que cada vez que esperas ser cargado por tu pPadre-País o tu Madre Patria esperas ser consolado y compensado de los golpes que recibiste de niño, no sintiéndote amado, menos sostenido. A veces, parece entonces que esa necesidad de que se hagan cargo de Tí es una deuda aún vigente contigo, que convive claro está con tu inmensa capacidad para el trabajo, también inculcada por tus padres y tu cultura.

Los modelos internos de relaciones con los otros se gestanen la ifancia, la niñez y la adolescencia.Señoras, señores: ¿cuál es el patrón de relación predominante de la mayoría de peruanos cuando son niños? Ya leímos horrorizados que el 42% de peruanos declara aceptar el castigo físico como una forma aceptable de disciplinar a los niños. Esto significa desde donde escribo que esta inmensa cantidad de compatriotas no ha tenido aún oportunidad de conectar su
herida con la que potencialmente ocasionará a sus hijos. No saben aún que una tiene que ver con la otra. No saben tampoco que una alternativa, aprte de descubrir formas alternativas de disciplinar, es reflexionar y decir los siguiente: "Lo que yo sufrí no quiero que lo sufran mis hijos". Frase mágica de algunos privilegiados, llave de resiliencia, de cambio de destino transgenerac ional. Nueva oportunidad que regala el ancestro a su descendiente.

lunes, 5 de octubre de 2009

Hasta que nos demos cuenta que somos un país de niños heridos



Hasta que nos demos cuenta que somos un país de gente herida... no podremos empezar a pensar de otra manera sobre nuestros niños. Porque está muy bien que nos plantemos optimistas de cara al futuro, pero es fundamental sanar algunas heridas previamente o la menos de manera paralela.Estuve en Huancayo hace unos días, conversando con padres de familia que tienen hijos menores de edad que trabajan. Con llanto aguantado contaban la triste infancia que sufrieron, las terribles penurias y maltratos que tuvieron que soportar, pero que habían logrado reflexionar sobre esto y esa reflexión es la que les daba la oportunidad de decir "esto no quiero para mis hijos". Es así que voy descubriendo conmovida que padre y madres que tienen oportunidad de pensar sobre sus vidas gozan de una libertad fundamental: la de poder ejercer control sobre la forma de criar a sus hijos. Es triste observar a padres y madres que no han tenido este chance, el de pensar sobre lo que les pasó- Ellos entonces repiten su suerte en sus hijos, sin saberlo.
Un padre de los que menciono contaba que había sido "un niño de la calle", que había probado terokal y había sido tentado por pandillas. pero no entendía que lo había protegido de caer en "la perdición", si encima su familia lo expulsaba naturalmente con tanto conflicto en la casa...."debe haber algo en el carácter" decía, "algunos debemos ser más fuertes que otros", "ahora estoy estudiando psicología y he pensado sobre mi suerte, no quiero que mi hijo pase lo que yo pasé". Estos padres resilientes son una esperanza para las generaciones infantiles...